Como lectora habitual en mi tiempo de ocio y ratona de biblioteca, en mi última visita enredando por los estantes dedicados al derecho, encontré un ejemplar titulado "El varón castrado" de José Díaz Herrera. Me llamó la atención y me lo traje para casa. Ya sumergida en su lectura entendí las razones que aportaba contra la nueva "LO 1/2004 de 28 de diciembre de medidas de protección contra la violencia de género", contra el feminismo salvaje que desea aniquilar al hombre, contra las mujeres sin escrúpulos que se escudan tras la ley para amargar la existencia a sus parejas o ex-parejas, el interior asesino que anida en las mujeres, al igual que en los hombre a la hora de matar parejas e hijos ect...Todo ello lo ilustra con casos reales, donde le gusta resaltar la frialdad de las mujeres a la hora de cometer estos delitos con respecto a la brutalidad con que mata el hombre...
Pero, siempre hay un pero...Habla de “riñas” familiares que han pasado de ser meras faltas a ser delitos, claro que todo depende de lo que se entienda por “riña familiar”, pues, si entendemos por riña familiar algo así como decir a tu pareja: “cariño, no pongas los pies en la mesa…” pues ni hay delito, ni hay falta, pero si la riña comienza con malos modos y demás aderezos como insultos, se tienen todas las papeletas para que después de la riña venga la agresión física. Se atreve a diferenciar entre violencia ocasional y violencia repetitiva, yo discrepo de esta visión dudando muchísimo, de que se pueda clasificar la violencia en ocasional y repetitiva pues, con sola una vez que se haya traspasado la línea del respeto, la violencia se va a convertir en lo habitual en las "riñas familiares". Habla de un antes y un después tras la muerte de Ana Orantes, efectivamente fue el detonante para que la sociedad no escondiera lo que entendía como normal hasta hacía bien poco.
 |
| Ana Orantes |
El autor cuenta el caso de esta pobre mujer dando a entender que tras año y medio separada de su marido y habiendo rehecho su vida, dice que el odio no la dejaba vivir y por ello va a televisión a contar su desgracia. Su desgracia continuaba pues continuaba viviendo en la misma casa. Este inicio lo entiendo como un desprecio a la cruel realidad de esta mujer y de todos los casos en que las mujeres son insultadas, vejadas agredidas, violadas y atemorizadas por esa clase de machismo que a el autor le gustaría que imperase aún en nuestra sociedad, dice el hombre que Ana Orante fue al programa de Irma Soriano a sacar el odio que sentía contra su marido...¿Acaso es odio el contar los malos tratos, vejaciones, insultos, palizas y violaciones que sufrió por parte de ese animal durante cuarenta años..? ¿No querrá que después del terror y el miedo en que ha vivido gracias a este burro le ame con locura, callando entre las paredes de su casa la brutalidad con que la trataba este animal?
Al contrario, yo creo que su valentía le costó la muerte y ni corto ni perezoso el macho cabrío herido porque toda España conociera su verdadera calaña, y no arrepentido por nada de lo hecho, decidió quemarla viva, la roció con gasolina y la prendió fuego...Hasta aquí he leído...El desprecio y el poco respeto que el autor pone cuando hace alusión a las mujeres que realmente han sufrido y sufren este martirio me ha llevado a cerrar el libro y devolverlo a la biblioteca...
No soy mujer feminista, no apruebo en muchos casos la discriminación positiva para la mujer, estoy a favor de la custodia compartida…Pero la impresión que me queda de todo lo que he llegado a leer, es que se trata de un varón frustrado ante la impotencia del macho por los cambios; cambios que rozan la inconstitucionalidad; cambios que muchísimas mujeres usan indebidamente y ahí en estos casos fraudulentos es donde la justicia debe ser contundente para que no se juegue con algo tan serio...Pero creo que traspasar la frontera del respeto y las agresiones psíquicas y físicas entre parejas no puede quedar como un delito civil y una simple falta, que al fin y al cabo es lo que reclama este pobre varón frustrado...
Losa varones debemos tratar este tema con mucho cuidado, cualquier frase poco acertada puede dar lugar a colgarnos el San Benito del machismo.
ResponderEliminarYo he conocido algun caso sangrante de denuncia falsa, como tambien he conocido alguna mujer maltratada.
En mi opinion la ley de violencia de género no ha sido acertada, No recuerdo el nombre, pero ya dijo un juez de Sevilla que había muchisimas denuncias falsas, que en muchos casos pueden causar un perjuicio grave e injustificado al marido.
También creo que algo debe de fallar en esa ley, cuando se han incrementado las agresiones y muertes.
Agradezco tu visita a mi blog.
Un saludo.
HOla Helio, gracias por andar por estos lares. Estoy de acuerdo contigo, es más la ley es totalmente inconstitucional y muchas mujeres se están aprovechando de ello y hacen de la vida de sus parejas un verdadero calvario...pero eso de las riñas familiares y distinguir entre violencia ocasional y repetitiva, pues no, la violencia se acrecenta una vez traspasada la barrera de respeto...Y el calvario de una mujer maltratada como el que pasó esta señora no se puede tratar como él lo trata...
ResponderEliminarEncantada de tenerte por mis letras recibe un cordial saludo de Hormiga