Desde que saltó a los medios de
comunicación la noticia de los dos informes periciales en los que se asegura
que los huesos encontrados en la Finca de las Quemadillas eran humanos y
concretamente de niños entre 2 y 6 años, no puedo dejar de pensar en el
sufrimiento que pudieron padecer esas dos criaturas, si el monstruo que dice
ser su “padre” los incineró dormidos,
vivos o muertos…Me espeluzna y horripila este sujeto.
No puedo ni siquiera imaginarme y
mucho menos ponerme en la piel de esa madre a la que aquel que algún día fue su
compañero y progenitor de los niños la ha despojado de sus dos criaturas. Dos
niños que apenas habían vivido, dos niños a los que un psicópata sin
sentimientos y herido en su orgullo viril ha dejado sin la oportunidad de
seguir jugando, seguir creciendo y saborear los sinsabores y las alegrías de
una vida.
Deseo y estoy segura de que Ruth
Ortiz, la madre, con la ayuda y apoyo de
sus familiares, amigos y ect… saldrá adelante, ese el dolor tan grande que la
acompañará durante el resto de su vida, cuando pase el duelo se transformará en
el coraje suficiente para luchar por que se haga Justicia, al igual que antes
ocurrió con otras madres como por ejemplo la madre de Sandra Palo.
Me encantaría tener la certeza de que
la Justicia Divina existe, pues esa es la única que es Justa de verdad, porque
sabemos de sobra que la Justicia Terrestre no sabe que hacer con monstruos como
éste.
DESCANSEN EN PAZ