Se define al mosquito como: insecto
díptero, de cuerpo cilíndrico, patas largas y finas y alas transparentes, cuya hembra
pica la piel de las personas y de los animales para chupar la sangre.
Para mí el mosquit@ es ese
vampiro minúsculo que espera agazapado en lugares insospechados durante
las horas diurnas, a la oscuridad de la noche, para salir de ese escondrijo
y comenzar sus vuelos sangrientos.
El mosquit@: ese pequeño y descontrolado ser que puede hacer del sueño de una noche de
verano, un verdadero martirio con sus ensordecedores zumbidos; zumbidos que
inconscientemente llevan al humano a estrellar contra sí mismo un manotazo tras otro, con el onírico deseo de
fulminar a este insignificante camicace cada vez que con su trompeteo avisa de
un inminente ataque.
Pero este sangriento comensal,
falto de imaginación y de cerebro ( de ahí el dicho tienes el cerebro de un
mosquito), tras su parafernalia y ya
dispuesto a ejecutar su ataque, se
detiene en cada vuelo a descansar en el mismo lugar; y, entonces...¡ZAAASSS!
zapatillazo contra ese odioso mosquito
guloso e inflado, incapaz ya de levantar el vuelo, sus reflejos no
funcionaron y sin ningún tipo de contemplaciones es abatido y
aplastado por una zapatilla...
Yace ya el mosquit@ espanzurrado
en la pared, en el suelo, en el techo, encima del cabecero de la cama…En ese
mismo lugar donde con anterioridad se detuvieron sus antepasados a
esperar el momento de digerir el botín sangriento que albergaban en su interior
y donde hallaron igual muerte...
Descanse en paz en mosquito o la mosquita y el
humano más…