Baby boom...Yo soy una de esas niñas...

Yo fui una de esas  niña…

Fui  una de esas  niñas que jugaba a las guerras de piedra contra mis amigos,  que me pegaba con mi mejor amigo o amiga si me quitaban el columpio que habíamos hecho en el cartel de la obra del edificio que construían la lado, (antes no estaban ni valladas), y después compartía mi bocata con él o ella, de las que jugaba a las tiendas donde la harina era arena, el pan una piedra y el arroz eran los granos del corcho blanco que un rato antes habíamos estado pasando por las paredes del bloque, cualquier cosa tirada nos servía.

Fui de esas niñas que resolvía los conflictos con los amigos sin intervención de las madres.

Fui de esas niñas que un día saltaba a la comba, otro patinaba con los patines de mi hermana y otro jugaba  a las chapas o las canicas, a la goma, al rescate, al escondite, a hacer el pino, a saltar el potro, al truque…etc…

Fui de esas niñas que compraba recortables con la paga de los domingos.

Fui de esas niñas que antes de jugar a las casitas y asumir el papel asignado en la familia, o bien mamás o  hijas, habíamos sido arquitectas mientras planificábamos como iba a ser de grande  nuestra casa.

Fui de esas  niñas que iba todos los días andando al colegio con mis compañeras, lloviera, nevara o tronara, pues no teníamos ni siquiera un coche.

Fui una de esas niñas de la EGB, que estudió con 45 ó 47 compañeros más, con libros en los que no se pintaba, con verdaderos maestros y sin ordenadores, ni pizarras electrónica, en cambio teníamos tizas y  borradores que volaban entre clase y clase, y  somos la generación mejor preparada.

Fui de esas niñas que no se le ocurría enfadar a sus padres, que no montaba pataletas, es más, no nos permitían ni intentarlo, con la mirada de mi madre sabíamos que era mejor conformarse y no abrir la boca.

Fui de esas niñas que se llevó algún coscorrón que otro, algún tirón de coletas y algún zapatillazo que otro, y no pasaba nada era lo normal, y nunca tuve un trauma.

Fui de esas niñas que tuvo la gran suerte de vivir en una época donde siempre encontrabas a tu madre, ella siempre estaba para ponerte la mercromina y darte un beso.

Fui de esas niñas que disfrutó una niñez que le dio la oportunidad de aprender a relacionarse con otros niños, a saber cuando tenía que defenderme o cuando podía atacar, aprendí la disciplina necesaria  para saber  respetar a mis mayores y a los de los demás.

Fui una de esas niñas que vivieron una gran niñez a pesar de la escasez de medios económicos, no teníamos tantas cosas,  pero teníamos algo muy valioso y desvirtuado por la modernidad: respeto, educación y  una verdadera familia.

Yo fuí una de esas niñas...