Sin querer se mata a un hombre y queriendo a una mujer...

Estábamos esta mañana  mi amiga y yo tomando una coca-cola y hablando de la actualidad que nos envuelve, cuando ha surgido el tema de la violencia de género. Mi amiga ha echado mano del refranero español que además de intemporal es muy sabio, y ha resumido el tema con el siguiente refrán: "Sin querer se mata a un hombre y queriendo a una mujer". Imagino que tendrá muchas interpretaciones, pero yo interpreto en sus sabias palabras el reflejo de los amores que matan, es decir, esos dichos que el que más y el que menos ha escuchado en el curso de su vida,   como por ejemplo:  la maté porque era mía o si no es mía no será de ningún otro,  y otras cosas parecidas... Tanto la quería que la mató. 

Estos amores que matan han estado presentes desde que el hombre es hombre, amores violentos, pasionales y egoístas, dentro de  una sociedad que sabia cuando debía mirar hacia el otro lado. 

En los tiempos que corren estos amores que matan perviven entre nosotros, en muchas ocasiones son como fantasmas invisibles que se mueven entre los nuestros, puede padecerlo nuestra hermana, vecina, amiga ect...y  o no queremos verlos o no los vemos.

Mi concepción del amor es la de un sentimiento que  debe ser libre y sin condiciones, por ello, cuando el amor se colorea con los tintes del miedo, el  dolor,  los palos y se baña en lágrimas, no se trata de una historia de amor sino de una muerte lenta y segura...